Píldora de Meditación 512

Para nosotros Dios no es un espectador, sino protagonista. No nos echa al mundo para ver cómo nos las arreglamos para luchar contra la muerte. Tiene su plan maravilloso que aquí abajo no comprendemos. Dios nos ha creado para comenzar y ser felices. Para comenzar a vivir una vida nueva; la misma Vida suya. Sin embargo, con nuestra conducta oscurecemos nuestro camino y nos abalanzamos hacia el futuro en una carrera loca llena de oscuridad y soledad, dejando de vivir los momentos más hermosos de nuestra existencia.

Nuestra tarea consiste en luchar contra una sociedad de seres humanos de todas las regiones que…

“han pintado de negro los rostros humanos,
que han borrado la sonrisa de los labios,
que han regulado la vida al ritmo del reloj,
que han vaciado los ojos,
que han atado las manos,
que han ensuciado el amor,
que en sus vidas han matado a Dios…
y se dicen ser cristianos.

Te invito a que hagamos juntos esta oración

Señor,
Tú me has dado un padre, una madre, una familia que me quieren y me miman.
Pero ellos, mis hermanos pobres de muchas regiones ¿qué tienen?
¡Nada! ¡ellos no tienen nada!

Señor,
tú me has dado ojos, pero yo no veo los estragos, las penas,
las batallas que causa la guerra de Ucrania, Israel, Palestina y otros países.

Señor,
Tú me has dado oídos, pero yo no oigo los gritos y el llanto
de los niños que no tienen padre ni madre.

Señor,
Tú me has dado manos, pero yo no las tiendo
a mis hermanos que mueren de hambre.

Señor,
Tú me has dado bienes materiales y espirituales,
pero yo no soy solidario con los desplazados a causa de la violencia.

Señor,
Tú me has dado una conciencia,
pero yo no pienso en las penas y en las desgracias del mundo:
el odio, la soberbia, la envidia, la corrupción y el narcotráfico…

Señor,
mi África es mi ciudad; mi Ucrania, mi Palestina, mi Israel… es mi escuela; mi Vietnam es mi clase.

Señor,
prefiero quedarme tranquilo en mi cama blanda, caliente…
¡perdóname!

(Flus)

Photo by Greg Rakozy on Unsplash