Píldora de Meditación 563
Cierto hombre susurró:
¡Dios, háblame!
y el árbol cantó
Pero el hombre no oía.
Luego el hombre, habló más fuerte, pidiendo:
¡Dios, háblame!, y un rayo cruzó el cielo.
Pero el hombre no oía.
El hombre miró a su alrededor y dijo:
¡Dios, permite que te vea!
Y una estrella se iluminó con gran resplandor,
pero el hombre no la notó.
Entonces el hombre gritó:
¡Dios, muéstrame un milagro!
y en ese instante nació un bebé.
Pero el hombre no supo.
Luego el hombre pide a gritos, en desesperación:
¡tócame Dios y hazme saber que estás aquí!
Dicho esto, Dios bajó y tocó al hombre,
pero éste espantó a la mariposa que volaba a su alrededor
y continuó caminando.
No te pierdas de una bendición
sólo porque no viene envuelta
del modo en que tú esperas.
(Autor desconocido)