Píldora de Meditación 393

La vida se escapa y se va minuto a minuto, y no puedes ir al supermercado y comprar vida. Entonces, lucha por vivirla, por darle contenido a la vida.

La diferencia de la vida humana a las otras formas de vida, es que tú le puedes dar hasta cierto punto, una orientación a tu vida. Tú puedes, en términos relativos, ser autor del camino de tu propia existencia.

Tú no eres como un vegetal que vive simplemente, porque naciste. Después de haber nacido puedes darte o no un contenido. O puedes enajenar tu vida y que te la compre el mercado, o puedes pasar toda la vida pagando tarjeta de crédito y comprando cacharros… y le das y le das para adelante y al final, después de algún tiempo, te das cuenta que has llegado a ser un viejo decrépito, lleno de reumatismos. ¡Perdiste el tiempo! ¿Qué hiciste en este mundo?

Pero si tuviste un sueño y peleaste por una esperanza e intentaste transmitirle esto a los que quedan, tal vez, quede un pequeño aliento rodando en las colinas, en los mares, un pálido recuerdo que vale más que un monumento, que un libro, que un himno, que una poesía. Es la esperanza humana que se va realizando en las nuevas y siguientes generaciones.

Amigos, nada vale más que la vida. Luchen por ella, por la felicidad. Y la felicidad es darle contenido y rumbo a la vida y no dejar que te la roben. Y para eso no hay receta. ¡Está acá! En la conciencia. Usa la maravillosa oportunidad de haber nacido, casi milagrosa.

Lo imposible cuesta un poco más…; y los derrotados son solo aquellos que bajan los brazos y se entregan ante cualquier dificultad.

La vida te puede dar mil tropezones en todos los órdenes: en el amor, en el trabajo, en la aventura de lo que estás pensando, en los sueños que piensas concretar. Pero una y mil veces estás hecho con fuerza para volverte a levantar y volver a empezar, porque lo importante es el camino. No hay una meta. No hay un arco de triunfo, no hay un paraíso que nos recibe. No hay odaliscas que te van a recibir porque moriste en la guerra, en las reyertas. ¡No! La dejaste y punto. ¡No! Lo que hay que hacer es otra cosa, es la hermosura de vivir al tope, de querer la vida en cualquier circunstancia, de luchar por ella e intentar transmitirla. Porque la vida no es sólo recibir. Es, antes que nada, dar algo de lo que tenemos, y por mal que estés, siempre tienes algo para darle a los demás.

(José Alberto Mujica Cordano)

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