Para que los padres pasen por la adolescencia de sus hijos sin mayores traumatismos y puedan acompañarlos en esta etapa de crecimiento los expertos recomiendan, primero que todo, no tener una actitud negativa hacia la adolescencia misma y dejar de pensar que un hijo adolescente es un castigo. Segundo, no comparar la juventud de las dos generaciones y tampoco con las situaciones que viven los hijos de los demás. En las relaciones padres e hijos no existen recetas que les sirvan a todos porque cada familia desarrolla dentro de sí su propia forma de tratarse.

Aun así, existen consejos generales que siempre ayudan. Estos son algunos de ellos:

  • Ser autocríticos y tratar de entender a los hijos, de comunicarse con ellos antes que intentar controlarlos.
  • No tratar de ser perfectos. Los adolescentes no esperan que sus padres lo sepan todo o que nunca se equivoquen. A ellos les interesa sólo que los oigan, los respeten y no los subestimen.
  • Respetar los silencios de los hijos. No deben obligarlos a hablar cuando ellos no quieren hacerlo.
  • Lo que más desespera a los adolescentes es la “cantaleta” de los padres, por esto hay que evitarla. Entre más repitan las cosas más pierden su efecto.
  • Generar confianza. En la única manera de construir una relación sólida. Si los hijos mienten una vez, debe dárseles una segunda oportunidad. Cuando los padres demuestran que creen en ellos les será más difícil volver a mentir. Deben hablarles a los hijos de sus propios problemas, de sus sentimientos, de lo que les inquieta. Si los padres no cuentan lo suyo no pueden esperar que los hijos les cuenten lo que a ellos les sucede.
  • No evitar el conflicto; es importante darles la cara a los hijos. Los padres no deben creer que las cosas malas les suceden únicamente a los hijos de los demás.
  • Los adres no deben ser un agente promotor de miedo en temas como droga, sexo o alcohol. Estos asuntos deben tratarse abiertamente, no con advertencias.
  • No crearse falsas expectativas sobre lo que quieren de sus hijos en el futuro. Deben respetar sus gustos e intereses.
  • No subvalorar las relaciones sentimentales de sus hijos. Para ellos es lo más importante y esperan que los padres las entiendan y respeten.
  • La pareja debe ponerse de acuerdo sobre cómo manejar a sus hijos. Mandar señales encontradas los desorientará aún más. Si no logran ponerse de acuerdo, díganselo a los hijos. Les enseñara a respetar las diferencias.

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