Padre y Fundador nuestro, Santo Domingo,
varón evangélico, hombre de oración y apostolado.
mira a tu familia, llamada a seguir a Cristo contigo,
consagrada al Señor en la pobreza y fraternidad.
nosotros, tus hijos, te aclamamos a ti, esperanza nuestra,
y te agradecemos el hacernos herederos de tu vida y misión.
Enséñanos a vivir el evangelio íntegro,
como respuesta a la búsqueda y al reto del mundo.
¡Que tu ejemplo nos estimule, oh Padre!
Que la verdad nos ilumine en la oración y el estudio
y ambos nos urjan a transmitir a los demás
lo que contemplamos y vivimos.
Haz que seamos como tú:
dóciles al Espíritu,
confiados en la Providencia del Padre Celeste,
constantes en la contemplación,
convincentes en la predicación,
oportunos al enseñar,
generosos para servir,
valientes para emprender;
en la alegría agradecidos,
en el dolor esperanzados,
en el cansancio perseverantes,
en el convivir sinceros.
Concédenos, Padre Santo Domingo,
vocaciones nuevas, que continúen la obra de la Santa Predicación,
hablando con Dios y de Dios.
Así se cumplirá lo que tú mismo nos prometiste,
en honor a la verdad, Jesucristo, el Señor.
Amén.