En mayo de 1673, el Corazón de Jesús le dio a Santa Margarita María para aquellas almas devotas a su Corazón las siguientes promesas:
- Les daré todas las gracias necesarias a su estado.
- Pondré paz en sus familias.
- Les consolaré en sus penas.
- Seré su refugio seguro durante la vida, y, sobre todo, en la hora de la muerte.
- Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas.
- Bendeciré las casas en que la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.
- Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente, el Océano infinito de la misericordia.
- Las almas tibias se volverán fervorosas.
- Las almas fervorosas se elevarán a gran perfección.
- Daré a los sacerdotes el talento de mover los corazones más empedernidos.
- Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón, y jamás será borrado de él.
- Les prometo en el exceso de mi Misericordia, que mi Amor todopoderoso concederá a todos aquellos que comulgaren por nueve primeros viernes consecutivos, la gracia de la perseverancia final; no morirán sin mi gracia, ni sin la recepción de los santos sacramentos. Mi Corazón será su seguro refugio en aquel momento supremo.