Píldora de Meditación 494

Nuestra vida en este mundo es como una sombra que pasa, es nada,

comparada con el tiempo que ha transcurrido

desde la creación del universo.

Nuestra vida es nada,

ante la infinitud del universo que nos envuelve.

Sin embargo, Padre Santo, nos has creado a tu Imagen,

haciéndonos objeto de tu inmenso Amor,

y, en cada instante de nuestra existencia,

estás presente a nuestro lado y en nuestro interior.

Nos conoces mejor que nosotros mismos y

haces tuyas nuestras preocupaciones,

angustias, sufrimientos, sueños y alegrías.

Ahora te damos gracias Señor mío y Dios mío,

porque eres Dios de Misericordia y de Perdón.

A sabiendas que nuestra gratitud es muy insignificante ante tu Grandeza.

Amén.

Francisco Sastoque, o.p.

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