La oración desde antiguo se la define como:

 • «piadosa elevación de la mente a Dios»  (Juan Damasceno),

 • «hablar el hombre con Dios»,

«oración es hablar con Dios:  cuando lees, Dios habla contigo; cuando oras, hablas tú con Dios«

(S. Agustín, In Ps 85 en 7, PL 37, 1086),

La oración es un acto en el que el orante reconoce el supremo dominio de Dios sobre él,

Sólo los seres creados pueden orar. Las Personas divinas no pueden orar propiamente según su naturaleza divina. El Hijo de Dios ora según su naturaleza humana (cfr. Jn 14,16). El Espíritu Santo «intercede por nosotros con gemidos inenarrables (Rm 8,26), esto es, nos mueve a orar.

Padre Nuestro

Padre Nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también, nosotros perdonamos a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Amén

Salve

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia; vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A tí clamamos los desterrados hijos de Eva; a tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Amén

AVE MARIA

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, los pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte.

Amén.

EL Angelus

El Angel del Señor anunció a María,
-y concibió por obra del Espíritu Santo
(Avemaría)

He aquí a la esclava del Señor,
-hágase en mí según tu palabra.
(Avemaría)

El Verbo se hizo hombre,
-y habitó entre nosotros
(Avemaría).

EL Credo

Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor;
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen;
padeció bajo el poder de Poncio Pilatos,
fue crucificado, muerto y sepultado;
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos;
subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre
desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo;
la Santa Iglesia Católica,
la comunión de los Santos;
el perdón de los pecados;
la resurrección de los muertos;
y la vida eterna.

Amén.

Yo Confieso

Yo confieso ante Dios Todopoderoso,
y ante vosotros hermanos, que he pecado mucho,
de pensamiento, palabra, obra y omisión.

Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a Santa María siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros hermanos,
que intercedáis por mí, ante Dios, Nuestro Señor!.

Amén.