Píldora de Meditación 565

  1. Itzhak Perlman

Itzhak Perlman (Tel Aviv, 31 de agosto de 1945) es un violinista israelí, considerado uno de los mejores y más famosos violinistas de la segunda mitad del siglo xx.

El violinista Itzhak Perlman contrajo poliomielitis a los cuatro años, por lo que más adelante se vio en la necesidad de utilizar muletas para poder desplazarse, y por ello toca el violín sentado. Padece además sinestesia, y fue entrevistado para Tasting the Universe por Maureen Seaberg sobre esa curiosa afección, que permite oír los colores y ver la música.1 Estudió en la Academia de Música de Tel Aviv antes de mudarse a los Estados Unidos, donde se presentó a la audiencia estadounidense en el programa de Ed Sullivan en 1958. A los 13 años ingresó en la Juilliard School, en la que estudió con Ivan Galamian y Dorothy DeLay. Debutó en el Carnegie Hall como solista en 1963. En 1964 ganó la preciada Leventritt Competition, con lo que empezaría una prominente carrera.

Carrera profesional
Presentaciones alrededor del mundo
Pronto Perlman comenzó a hacer muchas giras, además de aparecer con orquestas prestigiosas, en festivales y recitales alrededor del mundo. En noviembre de 1987, trabajó con la Orquesta Filarmónica de Israel en una serie de conciertos en ciudades de Polonia (Varsovia) e Israel. Su primera visita en mayo y abril de 1990 a la Unión Soviética, durante la que realizó un recital solista y una interpretación con orquesta, registró una audiencia numerosa en Leningrado y en Moscú. En diciembre de 1994, viajó con la Orquesta Filarmónica de Israel a China e India.

En diciembre de 1990, Perlman visitó la Unión Soviética por segunda vez para participar en una presentación de gala en Leningrado con la que se celebraba el 150 aniversario del nacimiento de Chaikovski. El concierto, en el cual participaron también Yo-Yo Ma, Jessye Norman y Yuri Temirkánov, este último al frente de la Filarmónica de Leningrado, fue televisado en Europa y publicado en el resto del mundo en video.

En diciembre de 1993, Perlman visitó la ciudad de Praga, en la República Checa, para interpretar una gala de Antonín Dvořák en compañía de Yo-Yo Ma, Frederica von Stade, Rudolf Firkušný y la Orquesta Sinfónica de Boston, dirigida por Seiji Ozawa. Este concierto también se televisó y más tarde, en 1994, fue publicado en disco compacto y VHS.

Ha realizado otras grabaciones, y desde los años 1970 comenzó a aparecer en programas norteamericanos como The Tonight Show, Plaza/Barrio Sésamo y el show de David Letterman, además de tocar en la Casa Blanca. Fue el violín solista de la película La lista de Schindler, donde interpretó música del compositor John Williams, lo que lo hizo acreedor a un Óscar por mejor música. Su última grabación para bandas sonoras fue la de la película Memorias de una Geisha, junto a Yo-Yo Ma y John Williams.

Además de tocar y grabar música clásica, Perlman también toca jazz y klezmer. También fue director invitado en la Orquesta Sinfónica de Detroit. Perlman ha sido laureado con varios honores, incluyendo los del Centro Kennedy en el 2003.

Su versión de los 24 Caprichos de Paganini es una de sus grabaciones más conocidas.

Aparte de su labor como intérprete, a veces, con su colega Pinchas Zukerman, Perlman tiene una importante carrera de enseñanza y da clases privadas y clases magistrales de violín y música de cámara alrededor del mundo. Ocupó la posición que antes tenía su maestra Dorothy DeLay, en la escuela de música Juilliard.

Itzhak Perlman casado con Toby, también violinista profesional, tuvo cinco hijos: Noah, Navah, Leora, Rami (quien pertenece a la banda de rock Something for Rockets) y Ariella. En 1995, él y su esposa fundaron el Perlman Music Program en Shelter Island, Nueva York, con el que ofrece cursos de residencia de verano a músicos jóvenes que estudian música de cámara.

  1. El concierto de Itzhak Perlman

A los 7 años de edad le dio polio y como consecuencia de ello quedó inválido delos miembros inferiores y al de los miembros superiores.

Entonces todos los que le conocía le decían que no podía estudiar violín, porque no iba a poder con el instrumento.

Sin embargo, los papás le apoyaron y él estudió violín.
Itzhak Perlman vivía en un lugar de los Estados Unidos en el que durante el invierno caí muchísima nieve.
Él, con los bastones canadienses que la gente utilizaba en este tiempo, se movía. Un día le ocurrió que mientras se dirigía hacia el lugar de clases, se cayó y no podía levantarse. Así que se decía con voz fuerte: diez pasos más, aunque sean sólo diez. y siempre que se caía decía lo mismo y así logró llegar a la calase.

Itzhak Perlman es uno de los mejores violinistas del mundo…

Un día se le presentó algo muy grave… el 19 de mayo de 2019 debía dar un concierto en el Music Hall de Nueva York, donde tocaría una sinfonía para violín muy difícil de interpretar…

Par entrar al escenario tenía que hacer primero toda una ceremonia: tenía que entrar con el bastón arrastrándose por el suelo del escenario hasta llegar al lugar donde se debía sentar, para tomar el instrumento y alistarse para tocarlo. La gente que lo conocía ya estaba acostumbrada y esperaba pacientemente hasta que se acomodara completamente, entonces se levantaba y le recibía con fuerte aplauso…

Ese día le ocurrió algo tremendo: cuando estaba en los últimos compases del primer movimiento de la Sinfonía, se escuchó en la sala u ruido: a Itzhak Perlman se le reventaron las cuerdas de su violín. Se hizo un gran silencio, se paró la Orquesta y todos los presentes entendieron lo que tenía que hacer Perlman. El violinista sólo toca con su violín, no le pueden dar otro… tenía que salir de la sala, cambiar las cuerdas, afinar el violín y regresar al lugar donde se ubicaba para tocar. Todos los presentes sabían que no podía tocar sino con su violín y que no podía tocar la sinfonía con una cuerda menos.

Entonces, Perlman decidió ese día no saberlo. Le dijo al director de la orquesta que continuara con el concierto. El director le miró asombrado como diciendo: éste está loco… y Perlman le indicó con la cabeza y la mano que continuara… y él y la orquesta arrancaron en el mismo lugar de la partitura donde se había interrumpido la sinfonía.

Fue maravilloso, fue increíble, fue apoteósico para quienes estaban allí, ver que Perlman reemplazaba las notas faltantes, las notas de las cuerdas que no estaban… ¡cómo en el momento reemplazaba la partitura y colocaba notas de otras cuerdas, hasta que llegó a un punto en el que la gente se olvidó que esa cuerda no estaba, y las notas que no podían estar, estuvieron y tocó el concierto…

Imaginen cuando terminó, la gente lo aplaudió a rabiar como una media hora, y cuando todos se callaron, él simplemente sacó el pañuelo de su bolsillo y se secó el sudor y dijo: “me acabo de dar cuenta, que lo mejor como artista, es saber cuánta música puedo hacer con lo poco que me queda”.

yo creo que todos como Perlman vamos por la vida con algunas cuerdas de menos… a alguno se le murió el padre o la madre cuando era niño… otros tienen dificultades económicas… otros tienen padres que no los escuchan… otros han sufrido la pérdida de un amor… Todos, todos, en la vida estamos obligados a caminar con algunas cuerdas de menos. Esas son nuestras frustraciones, y en definitiva de lo que se trata, ¿saben de qué es? de que hagamos la mejor música que podamos, de que construyamos el mejor destino, el más noble, el más generoso que podamos con las pocas cuerdas que nos quedan,

(Flus)