(Domingo de Resurrección 2024)
Libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 10,34ª. 37-43)
“En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
– Hermanos: Ustedes conocen lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección.
Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.”
Salmo Responsorial (Salmo 117)
R/. Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Den gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
La piedra que desecharon los arquitectos,
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Carta de san Pablo a los Colosenses (Col 3,1-4)
“Hermanos: Ya que han resucitado con Cristo, busquen los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspiren a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque han muerto; y su vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también ustedes aparecerán, juntamente con él, en gloria.”
Aleluya
Aleluya, aleluya.
“Ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así pues, celebremos la Pascua.”
Aleluya.
Evangelio de san Juan (Jn 20,1-9)
“El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien quería Jesús, y les dijo:
– Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo: pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.”
Reflexión
Paz para ti y para todos los tuyos. «La Paz de Cristo Resucitado a cada uno».
* ¡La luz, el Agua, el Pan! La Luz que nos hace testigos, el Agua que nos hace hijos, el Pan que nos hace hermanos.
* Y en este día inolvidable de Resurrección, en este feliz día pascual, el día más claro y más alegre, ¿Qué otro saludo podemos dar, sino aquel mismo saludo de Cristo resucitado a la comunidad de sus discípulos, aún oprimidos por la incertidumbre y el miedo?: «Paz a ustedes» (Jn 20,19).
¡Felices Pascua de Resurrección! Este es el día que une el cielo y la tierra, lo divino y lo humano, y que nos hace nuevos, y también testigos de Alguien que resucitó y vive. Este es el día que nos hace hijos. Este es el día que nos hace hermanos.
El anuncio de este día inolvidable de Resurrección, es Evangelio, Buena noticia que hemos escuchado del mismo Cristo Resucitado.
En este día solemnísimo, no hay otro saludo ni mejor deseo que el mismo de Cristo Resucitado, primer fruto de la resurrección: “Paz a ustedes”.
Hoy, quiero hacer propio aquel anuncio tranquilo y fuerte, como si nuestra voz fuese eco fiel de la suya; y de parte de Jesús Resucitado, repetirte: ¡Paz a ti! ¡Y alzando la voz del corazón extender este sereno voto pascual a tu familia y seres queridos!
Este anuncio, como anotaba antes, es Evangelio, anuncio que debe llegar a ser común en los católicos, que nos hacemos instrumentos de su voz ahora para repetirlo. Es su Paz, la que todos anunciamos. Paz pascual que significa la certeza de Fe, de Esperanza y de Amor.
Que la Virgen del gozo de la Resurrección nos abra a los hermanos y nos comprometa de verdad a iluminar a los otros en la fecundidad gozosa del amor en el proceso de paz que todos y cada uno tenemos que acoger y llevar adelante en nuestro seguimiento al Maestro, Camino, Verdad y Vida.
¡FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN! ¡PAZ Y BENDICIÓN PARA TI Y TODOS TUS SERES QUERIDOS!