El amor sabe decir sí,
también sabe decir no.
No es ciego.
Pero ha de salir de tu meditación…
sólo entonces el amor tiene ojos;
de lo contrario es ciego.
Y a menos que el amor tenga ojos,
carece de valor.
Te va a crear cada vez más problemas,
porque dos personas ciegas con expectativas ciegas
no sólo van a duplicar los problemas de la vida,
sino que van a multiplicarlos.
De modo que estén silenciosos y alertas.
Sean amorosos y déjense amar de Dios.

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